Los acuerdos de larga duración no suelen incluir una fecha de vencimiento y a veces ni siquiera se basan en un documento firmado que defina con precisión los derechos de las partes, incluido el derecho a rescindir el contrato. ¿Es vinculante para siempre la firma de un acuerdo por un periodo que no está fijado en el tiempo?
Los tribunales israelíes sostienen que un acuerdo nunca será a perpetuidad, aunque se firme sin limitación temporal, y que puede rescindirse mediante un preaviso, un tiempo razonable que permita a la otra parte organizarse. ¿Cómo puede definirse ese "plazo razonable"?
Aunque cada caso se examinará en función de sus circunstancias, la razón de ser de la duración del plazo de preaviso es que un contrato está pensado para adaptarse al entorno y al momento en que se redactó y verse afectado por los cambios provocados por el paso del tiempo. Los seres humanos no tienden a vincularse a acuerdos para siempre jamás, sobre todo teniendo en cuenta el ritmo de los intercambios comerciales, y por ello la tendencia es no obligar a una parte de un acuerdo a cumplirlo contra su voluntad sin límite de tiempo. No obstante, debe permitirse a la parte afectada por la extinción del acuerdo financiar los gastos ocasionados como consecuencia del mismo, así como disponer de tiempo suficiente para su recolocación al día siguiente de la finalización del acuerdo sin que ello suponga su colapso.
Una sentencia dictada a principios de abril de 2018 versaba sobre un hotel y una empresa de catering que firmaron un acuerdo, según el cual la empresa de catering prestaría servicios de restauración a los huéspedes del hotel. Después de unos cuatro años, la empresa de catering notificó repentinamente al hotel que en el plazo de dos días comenzaría la renovación del comedor y, por lo tanto, no podría prestar los servicios al hotel. El Tribunal consideró que no se trataba de un plazo razonable, sobre todo teniendo en cuenta la duración de la relación, la confianza entre las partes y la dependencia creada, que en conjunto requerían un plazo más largo para que el hotel se organizara.
Otro caso que llegó a los Tribunales trataba de la teminación de un acuerdo entre un importador de automóviles y una agencia que durante muchos años actuó como concesionario de automóviles y como taller autorizado. El Tribunal consideró que el plazo de preaviso adecuado era de un año, tanto por la larga duración del contrato como por el tiempo necesario para que la agencia se reorganizara tras la rescisión del contrato.
En conclusión, no existe una fórmula para responder a la pregunta de qué se considerará un preaviso razonable para rescindir un acuerdo por tiempo indefinido. Cada acuerdo se examina en función de las circunstancias que llevaron a su celebración. Por lo tanto, es muy importante obtener asesoramiento jurídico antes de celebrar un acuerdo para que éste refleje debidamente la intención de las partes, incluso al cabo de los años y aunque una de las partes pretenda liberarse de él. La consulta temprana con un profesional especializado en la redacción de acuerdos (y preferiblemente en el área específica de que trate el acuerdo) puede ahorrar futuros conflictos, grandes angustias y fondos.