Un empresario convocó a un empleado a una audiencia previa a su despido. Momentos después del despido, el empleado empezó a trabajar para un competidor. Una inspección de rutina reveló que antes de la audiencia el empleado entró en una base de datos confidencial del empleador y la pasó a su ordenador en el trabajo, con la fuerte sospecha de que el empleado se envió a sí mismo un correo electrónico desde el lugar de trabajo que contiene la base de datos confidencial. Pero, ¿cómo puede demostrar el empresario que el empleado lo hizo realmente?
El concepto de orden "Anton Piller" se introdujo por primera vez en el sistema jurídico del Common Law, pero hoy en día es común en muchos países, incluido Israel. La naturaleza de la orden es exploratoria y su finalidad es la incautación de pruebas antes de que desaparezcan "pulsando un botón". A la vista de la naturaleza de la orden, está claro que se trata de un recurso extremo que requiere cautela y un juicio equilibrado antes de concederlo. Sin embargo, una acción legal adecuada puede inducir al Tribunal Laboral a conceder este remedio severo e inusual ex parte en circunstancias apropiadas.
La Ley de Agravios Comerciales israelí permite en algunos casos una orden de registro civil emitida como parte del propósito de mantener los derechos de propiedad del solicitante de la orden, como un empleador que sospecha que un empleado ha robado información confidencial. En general, está prohibido que un empleador controle el buzón de correo privado de un empleado (como: Gmail, Hotmail, etc.) o entre en él, pero si un empleador pretende penetrar en el buzón de correo por temor a la eliminación de pruebas potenciales y la sobrecarga del proceso legal, el empleador puede solicitar al Tribunal una orden Anton Piller para el registro y la incautación de pruebas potenciales en las condiciones establecidas por la ley y la jurisprudencia. Por ejemplo, en un caso reciente el Juzgado de lo Social recibió una petición de orden (ex parte, es decir, sin conocimiento del empleado) por parte de un empresario representado por nuestro despacho, para entrar en el domicilio de un empleado con un perito informático y escolta policial con el fin de incautarse de su ordenador personal y entrar en su buzón privado para comprobar las sospechas materiales del empresario en cuanto a las actividades del empleado. Tras el registro, el empleado admitió el robo del secreto comercial del empleador (aunque afirmó haber borrado los datos confidenciales y no haberlos transferido a otro - una cuestión que el Tribunal debatirá en una fase posterior).Así pues, si un empleador desea entrar en el buzón privado de un empleado ante la sospecha de que éste ha actuado indebidamente y el buzón contiene pruebas de ello, se debe consultar a un abogado especializado en la materia, para asegurarse de que se presenta debidamente una solicitud de orden Anton Piller de conformidad con la ley y la jurisprudencia. Cabe señalar que, incluso cuando se conceda la orden, es importante que ésta se consume debidamente para evitar una situación en la que el empleado pueda intentar anular la orden por falta de garantías procesales.