Es un hecho bien conocido que el mercado de divisas digitales es un terreno fértil para las estafas. Como en cualquier situación en la que existe un gran potencial de ganancias, por un lado, y una regulación y legislación regulatoria mínimas, por el otro, el campo de las monedas digitales ha sido una fuente de fraude y manipulación durante años, que se vuelven más sofisticados cada día. De hecho, esto se debe a una serie de razones esenciales, la primera de las cuales es un caso claro en el que la legislación tiene dificultades para adaptarse y ponerse al día con la tecnología, y la segunda es que las monedas digitales, desde su misma fundación y definición, están destinadas a eludir el sistema bancario institucional y existen fuera de los límites de la legislación y, por lo tanto, dificultan inherentemente que el legislador las regule.
Las estafas en monedas digitales son infinitas: empezando por la creación de monedas y sitios de trading ficticios, pasando por la creación de contratos inteligentes que roban dinero de las carteras digitales de los usuarios (sitios web falsos y estafas de phishing), creando un valor ficticio para la moneda a través de falsas promesas o transacciones falsas (pump and dump, wash trading), garantizando servicios o suplementos que nunca se dan (estafas de regalos), robar el fondo de liquidez en su totalidad y cancelar la moneda después de que se hayan realizado inversiones y compras, y más. Si bien las autoridades de todo el mundo están comenzando a actuar contra estos operadores de fraude en un intento de combatir el fenómeno, es una gota en el océano cuando se estima que solo en 2023, los fraudes de monedas digitales alcanzarán un total de USD 5.6 mil millones.
Sin embargo, a pesar del número de estafas y su creciente sofisticación, todavía hay formas en las que un inversor o comerciante puede evitar caer en la trampa del fraude, las personas que desean comerciar con monedas digitales siempre deben recordar que no hay razón para dar los detalles de su billetera digital a terceros y que dicha solicitud generalmente indica una estafa de algún tipo. Se aconseja a los propietarios de billeteras que monitoreen lo que sucede en su billetera con regularidad y se recomienda a los propietarios de empresas que se dedican a servicios en el campo de las monedas digitales o a las personas que realizan operaciones con dichas monedas de manera "profesional y comercial" (incluso para otros) que mantengan registros precisos de las transacciones realizadas en la billetera para evitar acusaciones de lavado de dinero en el futuro.
Libro blanco - Toda emisión legítima de una moneda digital debe ir acompañada de un "libro blanco", que en realidad es una hoja de información que incluye una explicación sobre la moneda, cómo se construyó y cuál es el mecanismo que hay detrás. El Libro Blanco debe proporcionar enlaces a un sitio web u otras fuentes de Internet relacionadas con la moneda, así como los detalles básicos de los fundadores de la moneda. Por mucho que el Libro Blanco no tenga sentido o sea defectuoso, naturalmente la moneda debe ser tratada con la máxima sospecha. Los creadores de monedas y las empresas involucradas en el campo deben asegurarse de producir un Libro Blanco para cada moneda (al menos en la Unión Europea, este es un requisito reglamentario), ya que el suministro de dicha información puede ayudar a protegerlos contra futuras reclamaciones de fraude, ya que el suministro de detalles precisos y completos implica una inversión consciente.
Tenga cuidado con las falsas promesas : debe recordarse que el mercado de divisas digitales es un mercado inherentemente inestable y riesgoso. Lo más probable es que cualquier promesa de un determinado beneficio sea una falsa promesa que debería encender las luces rojas en un inversor o comerciante razonable. En general, la exageración excesiva de una determinada moneda y la publicidad masiva que incluye promesas de complementos, bonificaciones y "dinero gratis" suelen ser un indicio de algún tipo de fraude. Por lo tanto, es mejor que los creadores de monedas y las empresas del sector hagan la menor cantidad posible de publicaciones y "promesas" (promociones) con respecto a una determinada moneda, su valor o las ganancias que se pueden obtener al comerciar con ella. Debe recordarse que cuando llegue el día, cualquier anuncio, promesa o promoción mencionada será examinada y verificada, y cualquier palabra que esté fuera de lugar puede ser percibida como un anuncio falso o fraude y, por lo tanto, como dice el refrán, un signo de sabiduría en silencio.
Como regla general, hay que recordar que si algo parece demasiado bueno para ser verdad, generalmente lo es, especialmente cuando se trata de un mercado y un campo tan jóvenes y tan sujetos a manipulación. Todos los que operan en el campo, tanto como inversionista privado como entidad comercial, deben realizar todas las pruebas posibles y consultar con expertos en la materia, incluido el canal legal, para tratar de cubrir los riesgos y evitar caer en la trampa.