Una persona busca su nombre en un motor de búsqueda de Internet sólo por curiosidad y se entera, para su sorpresa, de que el primer resultado incluye una cita que pone en peligro su reputación. Acude a la página web a la que conduce el resultado, pero el propietario de la página se niega a cambiar el contenido de la misma. ¿Es responsable el propietario del sitio web? ¿Es responsable la empresa que gestiona el motor de búsqueda?
Recientemente, un tribunal israelí debatió el caso de un abogado que representó al Colegio de Abogados de Israel en un procedimiento disciplinario contra otro abogado condenado por cinco asuntos diferentes. Más tarde, cuando el abogado representante buscó su nombre en el motor de búsqueda Google descubrió que el primer resultado redirigía a un sitio web que decía "abogado condenado por cinco asuntos diferentes". De este modo, el ciudadano de a pie concluye inmediatamente que el abogado que fue condenado es el abogado representante. El abogado exigió la modificación de la publicación y al ser ignorada su demanda interpuso una demanda por difamación tanto contra el propietario del sitio web como contra Google.
El propietario del sitio web alegó que Google es responsable y Google alegó que el sitio web es responsable porque el resultado de la búsqueda copia automáticamente el texto del código técnico del sitio web. El Tribunal consideró que se trataba efectivamente de difamación. En relación con Google, el Tribunal sostuvo que Google no tiene posibilidad de modificar el código técnico o cambiarlo, mientras que el sitio web podría cambiar fácilmente el título, pero como Google era consciente de que la publicación no era cierta, estaba obligado a retirarla del motor de búsqueda. Como Google no lo ha hecho, el Tribunal condenó a Google y al propietario del sitio web, solidariamente, a indemnizar al abogado por la publicación falsa y abusiva.
La gestión de un sitio web puede exponer al propietario del mismo no sólo a responsabilidad por difamación, sino también a otras violaciones de derechos. Por ejemplo, un sitio web puede utilizar la marca de otro o una imagen o texto protegidos por derechos de autor y posteriormente ser responsable de ese uso. Del mismo modo, a veces los derechos no inscritos en un registro público (por ejemplo, los conocimientos técnicos o las muestras o desarrollos aún no registrados como patente) también pueden estar protegidos en virtud de la doctrina del enriquecimiento injusto.
A la luz de lo anterior, es importante que el gestor de un sitio web no sólo se asegure de que el sitio web no infringe los derechos de ningún tercero, sino que también consulte inmediatamente con un abogado especializado en la materia si recibe una solicitud de retirada de una determinada publicación. Si efectivamente una publicación infringe los derechos de otro, es importante no rechazar la demanda por descuido, sino actuar para reducir el daño retirando la publicación o modificándola, según sea necesario. Debe aclararse que la retirada o modificación de una publicación no siempre elimina la responsabilidad, pero sin duda la reducirá.