Acumular una buena reputación empresarial suele llevar mucho tiempo y sin duda requiere invertir muchos recursos y esfuerzos. A veces, los competidores o imitadores de una empresa intentan "acortar los procesos" adoptando nombres comerciales o utilizando símbolos que pertenecen a otras empresas con el fin de atraer deslealmente a los clientes hacia su negocio. ¿Qué protección ofrece la ley?
La Ley israelí de Agravios Comerciales prohíbe a los propietarios de empresas exhibir bienes o servicios que puedan confundirse con bienes o servicios que pertenezcan a otra empresa o tengan relación con ella, y define dicho agravio como "Passing off". El objetivo de este delito es proteger la reputación de una empresa y evitar la competencia desleal y la explotación por parte de terceros.
Probar la base del agravio puede permitir varias soluciones materiales, como una medida cautelar para detener las acciones ilegales (temporal, hasta el final del procedimiento, o permanente), una compensación monetaria sin necesidad de probar el daño de hasta 100.000 ILS e incluso una reclamación de indemnización por daños y perjuicios, si se demuestra tal daño. Sin embargo, la prueba de la existencia del fundamento delictivo no siempre es una cuestión sencilla e implica varias condiciones previas.
En primer lugar, la víctima tiene que demostrar que tiene una reputación probada en relación con el servicio o el producto. Es necesario demostrar que el público identifica los bienes o servicios en cuestión con la empresa en comparación con los competidores en el mercado. Por ejemplo, no basta con demostrar que la empresa ha utilizado el producto antes o durante mucho tiempo, sino que es necesario demostrar que el nombre, símbolo o marca ha creado reputación y reconocimiento entre los consumidores y que éstos identifican las marcas o nombres con la empresa.
Además de probar la reputación, también es necesario probar que los productos o servicios ofrecidos por el causante del daño pueden razonablemente inducir a error al público de tal manera que los consumidores puedan ser confundidos al pensar que los productos o servicios están relacionados con la empresa o asociados a ella. Para ello, el Tribunal empleará varias pruebas de referencia, incluida una prueba de la vista y el oído - si existe alguna similitud de apariencia o sonido que pueda causar confusión; Prueba del tipo de productos y clientela - Cuantos más puntos en común existan entre los tipos de productos o servicios y cuanto más similar sea el territorio empresarial, más probable será que sea engañoso; Prueba de otras circunstancias y sentido común - El Tribunal examinará si efectivamente en las circunstancias particulares puede formarse una confusión.
Tenga en cuenta que el alcance de la protección otorgada a una marca o descripción puede variar en función de su tipo. Por ejemplo, los nombres genéricos no gozarán de ninguna protección (como "servicios jurídicos", "motor diesel", "carpintería", etc.) y los nombres descriptivos, que pretenden describir el producto o servicio o un término cuyo uso es común entre muchos, sólo recibirán una ligera protección, si es que la reciben (como "comida italiana", "24/7", etc.). Sin embargo, los nombres sugerentes recibirán una mayor protección (por ejemplo: Waze para una empresa de servicios de navegación, Pelephone para el mercado de telefonía móvil, etc.) y los nombres imaginarios tendrán la protección más amplia (por ejemplo, Toto, Apple, Orange, etc.).
En cualquier caso en que exista riesgo de daño a la reputación (ya sea por parte del ofensor o del ofendido) se debe consultar lo antes posible con un abogado especializado en este campo y actuar para reducir el daño causado, incluso, en ocasiones, presentando una solicitud de medida cautelar. Es importante recordar que el paso del tiempo puede afectar al resultado del procedimiento judicial.