Véase también lo que se ha dicho en este contexto en el libro de Mordechai Kremnitzer y Khaled Ganaim, The Reform of Murder Offenses (2019) in Light of the Basic Principles of Law and Historical and Comparative Research (2020), en la página 265:
"La apatía es la ecuanimidad ante la posibilidad de que el resultado ocurra, así que al apático no le importa si el valor social se ve dañado o no. El indiferente ni siquiera prefiere la no ocurrencia a la ocurrencia. Esta falta de preferencia implica una elección completa por el posible daño al valor protegido y una disposición total a dañarlo... Así es como el autor demuestra un profundo desprecio por el valor de la vida humana, lo que le acerca mucho a quien pretende matar."
- En cuanto a la conciencia del demandado sobre sus acciones, se requiere conocimiento de todos los elementos de la base fáctica —la naturaleza del acto, la existencia de las circunstancias y la posibilidad de causar el resultado—. La jurisprudencia sostenía que:
"Para demostrar la conciencia de un acusado sobre los detalles del elemento fáctico, se utiliza la 'presunción general de conciencia', según la cual 'una persona es generalmente consciente de la importancia de su conducta, en términos de su naturaleza física, la existencia de sus circunstancias y la posibilidad de causar las consecuencias naturales que puedan derivar de ella' (S.Z. Feller, Fundamentos del Derecho Penal , vol. 1, 542 (1984) (en adelante: Feller)). En cuanto a los delitos de homicidio involuntario, se ha sostenido en el pasado que "cuando una persona comete un acto que objetivamente es probable que cause la muerte de su víctima – mientras conoce todos los elementos que constituyen el componente fáctico del delito – tenemos derecho a asumir, en ausencia de pruebas en contrario, que también era consciente del resultado fatal." (Apelación Penal 6576/23 Amir Barakat contra el Estado de Israel (27 de abril de 2025)).
- En la jurisprudencia, se desarrollaron pruebas auxiliares circunstanciales para examinar el elemento mental que poseía el acusado concreto que mató a la víctima. Estas pruebas auxiliares circunstanciales se aplican en cada caso. En este marco, se examinan las circunstancias del incidente, como la forma en que se cometió el asesinato, la naturaleza y lugar de la lesión, el arma homicida, las declaraciones previas del acusado, su comportamiento antes y después del incidente, y más. En la Apelación Penal 7709-09-24 Gaber Talai Persegi contra el Estado de Israel (30 de noviembre de 2025), el Tribunal Supremo dictaminó, en las circunstancias concretas del caso allí, lo siguiente:
"40. La aplicación de las pruebas auxiliares en las circunstancias del caso ante nosotros arroja una conclusión clara: el apelante pretendía causar la muerte del fallecido. Se trata de una sola puñalada, que penetró en el corazón del apelante y no se llevó a cabo durante una lucha ni un 'movimiento circular' como se alega...".