Por lo tanto, no fue un solo disparo el que impactó en el fallecido, sino dos disparos, como muestra el vídeo, con una ligera diferencia de tiempo entre ambos. Ambos estaban dirigidos a la parte superior del cuerpo del fallecido y uno alcanzó un órgano vital del cuerpo del fallecido herido como resultado del disparo, y en la práctica, solo pasó muy poco tiempo antes de que el fallecido diera su vida.
- En las sentencias del Tribunal Supremo, se sostinuó, más de una vez, que "El daño en una zona sensible del cuerpo de la víctima puede ser una indicación de la existencia de una intención de matar, incluso cuando solo implica una lesión" (Apelación Penal 2202/08 Sentencia contra el Estado de Israel, párrafo 41 [publicado en Nevo] (7 de marzo de 2012); Véase también: Apelación Penal 228/01 Kalev contra el Estado de Israel, IsrSC 57(5) 365, 377-378 (2003)).
- En el caso que tenemos ante nosotros, como se ha declarado, es apropiado dar gran importancia, aunque no exclusivamente, al lugar del tiroteo mortal, en el corazón del fallecido. De igual modo, debe darse gran importancia al número de disparos, no uno sino dos, que impactaron en la parte superior del cuerpo del fallecido (como se ha señalado, solo uno de ellos causó la muerte del fallecido). También se debe dar peso a la herramienta de muerte utilizada. Además, entre las pruebas auxiliares; Se debe dar peso a la conducta del acusado después de que se cometió el tiroteo en la segunda parte del incidente. En este contexto, mencionaré que Después de que el fallecido huyera a su coche tras la 'pelea' con el acusado en el suelo, el acusado se puso de pie, apuntó con el arma y disparó varios tiros a la espalda del fallecido, que se alejaba de él, hasta que la munición del cargador de su pistola se agotó y el acusado se desplomó en la carretera como resultado del golpe directo en el corazón causado por la bala que le había disparado antes (en la segunda fase del incidente).
- La secuencia de eventos, en la tercera y última parte, del incidente fue descrita por la acusada en la página 533 de la transcripción, y mi colega la discutió en el marco de su opinión. Debido a su importancia, parte de ella también será traída por los siguientes:
"... Es como si ya hubiera dicho aquí que esto es si corre al coche y trae algún tipo de cuchillo o bulto o eso, o lo que sea, si vuelve a mí, me mata, tengo que neutralizarlo, y ese es el primer y único paso que sentí que tenía que llevarlo y dispararle para que no volviera y me matara... Así que me levanto, entro en modo disparo y le disparo tres balas, me doy cuenta de que con la tercera bala ya estaba cayendo y eso es todo, estaba al borde de la muerte, dije esto es, lo neutralizo o estoy muerto y no pude enfrentarme físicamente y estaba magullado y cansado, dije bueno, logré neutralizar la amenaza."
- Su decisión, en ese momento, de "neutralizar" al fallecido, fue reiterada por el acusado más de una o dos veces durante su testimonio ante nosotros, tal como describió mi colega, e incluso en ese sentido, durante su interrogatorio por parte de la policía. Mi compañera también lo habló en detalle en su opinión. El acusado también explicó que disparó al centro del cuerpo del fallecido porque estaba agotado, y en esta situación es difícil acertar a la pierna desde lejos con una pistola. Por ello, apuntó al centro de masa para aumentar las probabilidades de lesiones. La excusa que dio por su acto como se mencionó, que tenía su raíz en el miedo a que el fallecido trajera 'algo' de su coche para matarlo, fue rechazada, y con razón, por mi colega. Es cierto que esos disparos no dañaron al fallecido, pero en mi opinión, el simple hecho de que el acusado se acercara al fallecido después de que se cometiera el disparo fatal con el arma en la mano, listo para la acción, y el disparo que se disparó a la espalda del fallecido y no le alcanzó, indica la secuencia de acciones del acusado que llevó a la decisión de matar al fallecido.
- Para ser precisos: el acusado vio al fallecido intentando abandonar el lugar y no corrió hacia su coche, sino que le lanzó las últimas balas con su arma hasta que se acabó la munición del cargador. Es cierto que este tiroteo no dañó al fallecido, pero, en mi opinión, también nos enseña sobre su estado mental y sobre la determinación del acusado que decidió matar al fallecido. En cualquier caso, el acusado no dio una explicación lógica de por qué no abandonó el lugar y en su lugar continuó disparando, de no haber sido por la ira y el deseo de matar al fallecido.
- No veo cómo es posible reconciliar un número tan grande de disparos en estas circunstancias salvo con una clara expresión de deseo de matar. El hecho de que solo dos balas impactaran al fallecido y solo una de ellas provocara el fin del día de su muerte, no indica, en mi opinión, que el acusado no quisiera la muerte del fallecido. El tirador de un número tan grande de disparos aparentemente revela su opinión de que quería acertar y que asumió que uno de sus disparos podría ser fatal, por lo que continuó con su plan. Esto es especialmente cierto teniendo en cuenta que el fallecido, tras recibir un disparo en el corazón, logró con sus últimas fuerzas caminar de vuelta hacia su coche, y solo entonces, tras la última tanda de disparos que no le alcanzó, se desplomó y cayó al suelo.
- No he perdido de vista el argumento del acusado, durante su interrogatorio por la policía, de que incluso cuando se refería a la masa corporal del acusado, en la tercera parte del incidente "solo" pretendía hacerle daño, sin embargo, teniendo en cuenta las versiones cambiantes del acusado, que, según la opinión de mi colega, no son necesariamente pura verdad, tampoco acepto este argumento. En este contexto, señalaré que me impresionó la falta de credibilidad del acusado. Esta es una persona que, desde el terrible momento en que disparó al fallecido, comenzó una serie de mentiras diseñadas para distanciarse de la culpa. La forma en que condujo en las primeras etapas tras el incidente, cuando recogió a su hermana Kristina y le ordenó que mintiera sobre la identidad del conductor del coche y su conducta durante la vista del procedimiento, fue una continuación directa de la conducta descrita anteriormente.
- Según la jurisprudencia, además, debe darse peso a las palabras que el demandado dijo antes y a las cosas que se dijeron o hicieron después del incidente, como las declaraciones del demandado en relación con el acto (Apelación Penal 6823/01 Senior contra el Estado de Israel [Publicado en Nevo](25 de marzo de 2004)). Estas también fueron discutidas por mi colega, en gran detalle, en el marco de su opinión (párrafo 347, ibid.). Como se indica en él, no solo el acusado no expresó pesar ni pesar por la muerte del fallecido, sino que de sus diversas declaraciones se desprende que no se arrepiente en absoluto de sus actos e incluso los justifica. Esto, a pesar de su trágico desenlace. En este contexto, me refiero, entre otros, a las palabras del acusado en su primer interrogatorio, P/2B, p. 2, párrafos 19-22:
"... Si no hubiera salido del coche e intentado matarme, no habría muerto... Cada perro llega a su día, terrorista", y para la continuación de sus palabras allí (P/2B, p. 13, párrafos 35-36):