Casi como en las tramas más antiguas y básicas de las historias de amor: la empresa conoce al inversor, la empresa y el inversor firman una hoja de términos, el inversor comienza la revisión de diligencia debida de la empresa (revisión de los documentos legales y contables y otras cuestiones), el inversor informa a la empresa de que se han revelado cuestiones materiales en el proceso de DD y "tenemos que hablar...".
Uno de los problemas con los que se encuentran las empresas incipientes a la hora de captar capital es la falta de preparación de la empresa para el inversor. Cuando se establece contacto con un inversor potencial y éste recibe información de la empresa, la falta de preparación de ésta puede impedir que el inversor siga adelante con la inversión o reducir el precio objetivo de la transacción prevista. Por lo general, la empresa ni siquiera sabrá que la falta de preparación es la causante de las consecuencias, porque sólo en raras ocasiones el inversor, que ve muchas transacciones cada mes, tendrá tiempo de gestión para hacer llegar a la empresa sus comentarios (y si el inversor desea considerar la posibilidad de invertir a pesar de los problemas planteados, no tiene interés en que la empresa corrija los problemas, ya que tales correcciones elevarán el precio de la transacción). En la fase en la que el inversor plantea las cuestiones descubiertas, la empresa puede encontrarse ya en una situación de falta de liquidez y se verá obligada a aceptar todas las condiciones del inversor.
Muchas empresas en su fase inicial (pero no sólo ellas) actúan sin asesoramiento jurídico continuo o con el asesoramiento de abogados no especializados en fusiones y adquisiciones. ¿Qué razón tendría una empresa así para no prepararse para una inversión? No hay ninguna razón lógica para ello, pero muchas empresas prefieren ahorrarse los costes de la preparación jurídica de una inversión por abogados especializados en fusiones y adquisiciones debido a la falta de comprensión del hecho de que una inversión relativamente pequeña en la fase inicial (y normalmente una empresa puede llegar a un acuerdo con el abogado de que la mayor parte del pago se pospondrá hasta después del cierre de una inversión) puede producir valor para la empresa.
A la luz de lo anterior, se recomienda que una empresa que busque inversión lleve a cabo una revisión interna y una revisión exhaustiva del marco jurídico en lo que se conoce en la jerga profesional como "preparación de la oferta". Este procedimiento incluye la revisión de todos los documentos legales de la empresa y sus demás materiales, todo ello desde la perspectiva de un posible inversor. Entre otros, el abogado especializado en fusiones y adquisiciones revisará los documentos constitutivos de la sociedad, los acuerdos laborales, todos los documentos relativos a la propiedad intelectual, los acuerdos materiales con proveedores y clientes, las obligaciones frente a terceros y otras cuestiones. Se recomienda integrar en dicha revisión también un examen de los documentos de marketing de la empresa por parte de un experto en dichas materias. Este abogado puede, por supuesto, comentar los documentos que faltan o que deberían crearse u otras cuestiones a las que haya que prestar atención. Este abogado especializado en fusiones y adquisiciones también puede ayudar a corregir los problemas descubiertos.
Es importante que no sólo esta revisión sea llevada a cabo por un abogado con experiencia en fusiones y adquisiciones, sino también que si otros profesionales están involucrados, todos ellos informen a dicho abogado para asegurar la existencia del privilegio abogado-cliente. Posteriormente, el abogado podrá ayudar a la empresa en las negociaciones con posibles inversores, utilizando los conocimientos recogidos en la revisión interna.