Además, el cálculo que hizo no tuvo en cuenta que el vehículo blanco se alejaba (pág. 253, párrs. 13-12), aunque circulaba a baja velocidad, y confirmó que no se conocía exactamente la velocidad del acusado, más menos 90 km/h (pág. 238, párrs. 7-9).
El experto afirmó que el examinador debería haber enviado el video al laboratorio para que lo interpretara un experto:
"... No puedo señalar a partir del vídeo porque no es mi pericia sobre el punto en el que el vehículo se desvió y de qué manera y ángulo, el probador no pudo determinarlo y entiendo por qué no lo hizo, porque no es un perito y debería haber enviado el vídeo al laboratorio" (p. 220, párrs. 4-6)
"No puedo señalar el punto de desviación...")pág. 220, párrs. 24 y 25).
Finalmente, señaló que "es imposible determinar las velocidades de cualquiera de los vehículos en el video a menos que el video se envíe para interpretación experta" (p. 245, 25-26).
Puede notar una desviación en el video, pero "es muy difícil porque la filmación es a distancia y puedes ver el momento de la desviación. Aclararé que aquí hay otra variable: la carretera, una ambulancia que circulaba delante del vehículo" (p. 257, párrs. 12-13).
El experto testificó que leyó la versión del acusado en gran medida que no recuerda lo que sucedió.
"Sabemos que el automóvil se desvió, pero no sabemos por qué se desvió" (p. 211, s. 28)
"Es cierto, eso es lo que dijo, no sé qué pasó" (p. 211, 29-30).
El perito agregó que no encontró sentido en la versión del acusado, "porque la afirmación principal es que no recuerda lo que sucedió, no da una versión clara y detallada, y por otro lado, hay un video que documenta el accidente, ... Documentando todo el curso del accidente, dirá de una manera u otra..." (p. 212, párrs. 1-5).
Según él, después de un evento traumático como un accidente automovilístico, hay un mecanismo natural que borra la memoria, sucede que no recuerdas nada y la memoria se borra en un instante, e incluso en este caso, los pasajeros no recuerdan nada (p. 212, párrs. 7-11).