Un testamento es un documento jurídico vinculante que constituye una especie de "última carta personal" a los familiares y seres queridos, en la que el fallecido expresa sus deseos y últimas peticiones antes de su muerte. Cuando el testamento no cumple los requisitos de la ley y se anula por este motivo, o si su redacción es poco clara y exigible, la voluntad del difunto puede no existir o tener lugar sólo después de un largo y complejo procedimiento legal que también puede dar lugar a disputas familiares innecesarias.
El principio supremo en el que se basa el Derecho de sucesiones es el cumplimiento de la voluntad del difunto. La presunción inherente al testamento es que éste expresa la verdadera y plena voluntad del difunto. El testamento es una de las decisiones más importantes de la vida de una persona, en la que expresa su verdadera voluntad sobre lo que se hará con sus bienes tras su fallecimiento. En ausencia de testamento, incluso si el testamento fue anulado por cualquier motivo, la herencia es por ley y no necesariamente como el difunto quería. Sólo mediante la elaboración de un testamento debidamente redactado conforme a la ley y recurriendo a un abogado experto puede una persona estar segura de que, tras su fallecimiento, sus bienes se distribuirán conforme a sus deseos. Lo mismo ocurrirá si el testamento ha sido anulado por incumplimiento de las condiciones de la ley.
Un testamento redactado correctamente define claramente la libre voluntad de la persona autorizada y será ejecutable e inmediatamente aplicado. Entre otras cosas, la ley israelí exige varias condiciones formales para validar el testamento (por ejemplo, se requieren testigos en determinados casos), un procedimiento especial en caso de testamentos recíprocos (testamentos mutuos de cónyuges, beneficio mutuo) y determina cómo tratar el legado a las personas que participaron en la redacción del testamento. La ley también se refiere a una situación en la que ya existía un testamento anterior y ahora se anula, modifica o completa. No prestar atención a estas condiciones puede provocar la anulación del testamento.
Además, es importante prestar atención a la correcta redacción de las cláusulas del testamento. Un testamento bien redactado por un abogado no sólo evita disputas por la herencia, sino que también permite a los herederos honrar al testador tras su muerte. La ley establece que un testamento del que no se pueda entender quién hereda qué es nulo. Sin embargo, a veces una redacción poco clara, o una redacción que provoque la imposibilidad de cumplir el testamento puede no sólo provocar la nulidad del testamento, sino también, si no se anula, ralentizar el proceso de celebración del testamento o incluso detenerlo durante largos periodos de tiempo. Por ello, es importante que el testamento sea redactado por un abogado que se asegure de que cumple los requisitos de la ley y es claro y aplicable.